domingo, 15 de agosto de 2021

Construir edificios

Castillo de la Mota
El castillo de la Mota se encuentra en Medina del Campo, en donde se encontraba el origen del municipio y ahora son las afueras. Medina que llegó a tener durante la Edad Media el mismo número de habitantes que en la actualidad, por lo que durante el reinado de Juan II y Enrique IV de Castilla, y los Reyes Católicos a finales del siglo XV se construyó el castillo que corona el municipio en la mota (lo que le da su nombre). Este castillo tuvo una función defensiva y no palaciega, además de un archivo y una cárcel donde estuvieron presos Hernando Pizarro o César Borgia, este último consiguió escapar de la fortaleza. El castillo tiene forma trapezoidal rodeado con dos murallas. El paso al castillo se realiza por dos puentes el más cercano al castillo levadizo, que se encuentran en un ligero ángulo para impedir el paso a las tropas atacantes. En el dintel de la puerta se encuentra el escudo de los Reyes Católicos, quienes terminaron la construcción del castillo. Los puentes son para salvar el inmenso foso (sin agua en este caso) y que muestra las "ventanas" de las distintas galerías. Estas "ventanas" no son para dejar entrar la luz, son para dejar pasar la artillería y las saetas lanzadas para que el enemigo no pudiese pasar más allá del foso. Esta fortaleza está formada por cinco torres, la mayor de ellas de 40 metros es la del homenaje y en la actualidad, en sus muros pueden verse boquetes debidos a la artillería recibida por parte de los atacantes. Tras años de abandono, después de la Guerra Civil Española, en 1940, el edificio interior se reconstruyó y se estableció la Escuela de Mandos de la Sección Femenina de la Falange. En la actualidad, en el patio, totalmente reconstruido, se pueden visitar la sala de Juan de la Cosa, cuya entrada es una reproducción de la entrada del Hospital de la Concepción de Nuestra Señora de Madrid y que ahora se encuentra en la Escuela de Arquitectura de la capital Española al igual que la escalinata, y la capilla de Santa María del Castillo, donde destacan un crucifijo de marfil filipino del siglo XVII y un tríptico flamenco de finales del siglo XV.