jueves, 17 de enero de 2019

El santo escoba


San Martín de Porres
(1579-1639)
También conocido como el santo escoba, fue un dominico peruano de padre español y de una negra liberta panameña, Ana Velázquez. El sobrenombre de Santo Escoba se debe a que se le representa con una escoba como símbolo de su humildad. Su padre fue caballero de la Orden de Alcántara de nombre Juan de Porres y no se pudo casar con Ana debido a que ella provenía de la clase pobre al contrario que él, aunque si tenían una relación marital. Esta circunstancia hizo que tanto él como su hermana Juana viviesen en una situación de pobreza, como la que vivían las personas pertenecientes a la raza negra, del que él era parte. Con 15 años entró en la Orden de Santo Domingo de Guzmán de mano de Fray Juan de Lorenzana, en condición de donado, ya que era hijo ilegítimo y por lo que trabajaba de criado y recibía alojamiento. En 1603 fue admitido como hermano y tres años después ya era fraile bajo la promesa de cumplir los votos de pobreza, castidad y obediencia. Cumpliendo el voto de pobreza de forma estricta, llegando a ofrecerse como esclavo cuando el convento se encontraba en una mala situación económica o a vestir el mismo hábito con el que llego a ser enterrado. Durante toda su vida trabajo ayudando al prójimo lo que le dio fama por toda Lima. Tuvo, además una vida que se caracterizó en lo personal por la abstinencia, la sencillez y el vegetarianismo. El 3 de noviembre de 1639 tras haber caído enfermo y haber anunciado que se iba a reencontrar con el Señor, fallecería. Esto causaría una gran conmoción en Lima y en todo Perú. Sus restos se encuentran en la actualidad en Basílica y Convento de Santo Domingo de Lima,donde también descansan Santa Rosa de Lima y San Juan Macías en el denominado Altar de los Santos Peruanos. Se le atribuyen milagros como las curaciones de enfermos, el control de la naturaleza y la posibilidad de encontrarse en dos lugares a la vez, ya que sin salir de Lima fue visto en México, China o Japón. Así ya en 1660 empezó el proceso de beatificación que terminaría en 1837 por el Papa Gregorio XVI, siendo canonizado en 1962 por el Papa Juan XXIII. Este proceso duró tanto debido a la mentalidad tan conservadora del Vaticano, declarando su festividad el 3 de noviembre. Su proclamación como santo se basó en dos curaciones, la de una anciana de Asunción, Paraguay y la de una pierna grangenada de un niño de Tenerife, España, en 1948 y en 1956 respectivamente. De la vida San Martín de Porres se han hecho diferentes películas y series de televisión.