miércoles, 18 de marzo de 2015

El gran museo madrileño

El museo del Prado
Juan de Villanueva diseñaba en 1785 diseñaba el que sería el Gabinete de Ciencias Naturales, según las ordenes de Carlos III. Fernado VII nieto de este rey, y siguiendo los consejos de su esposa María Isabel de Braganza (en el cuadro señalando al museo), se tomó la decisión de que el edificio albergase lo que se conoció como el Real Museo de Pinturas y Esculturas. El Real Museo, que pasaría pronto a denominarse Museo Nacional de Pintura y Escultura y posteriormente Museo Nacional del Prado, abrió por primera vez al público en noviembre de 1819. Nació con el fin de que se diese a conocer las obras maestras que formaban parte del tesoro artístico de la corona y descubrir a Europa la existencia de una escuela española tan importante como cualquier otra escuela de otro país. El primer catálogo, realizado en 1819 y dedicado exclusivamente a la pintura española, constaba de 311 pinturas, aunque, en ese momento, se guardaban ya en el Museo 1.510 obras procedentes de los Reales Sitios. La colección ha ido creciendo año tras año desde su fundación con algunas de las que ahora son sus obras maestras como las majas de Goya. Pero, las fundamentales adquisiciones son la incorporación de otros museos hoy desaparecidos, el Museo de la Trinidad en 1872 y el Museo de Arte Moderno en 1971. El museo también ha enriquecido sus fondos mediante los numerosos legados, donaciones y compras. En la actualidad la colección se calcula que está formada por aproximadamente 7.600 pinturas, 1.000 esculturas, 4.800 estampas y 8.200 dibujos, además de un amplio número de objetos de artes decorativas y documentos históricos.