jueves, 22 de marzo de 2018

Yo soy uno de esos amantes/ tan elegantes como los de antes

Antinoo
(110/115-130)
Fue un bello joven amante del emperador Adriano, quien estaba casado con la emperatriz Vibia Sabina. Su vida es un misterio, ya que desde la Antigüedad, se ha mezclado la realidad con la ficción. Nació en el reino de Bitinia (Actual Estambul) entre el año 110 y 115 d.C. Fue conocido por Adriano en uno de los viajes del emperador y a partir de ese momento le acompaño durante el resto de su vida. El poeta Páncrates de Alejandría, un poeta de la época de Adriano, describió la relación entre ambos mediante una leyenda en la que Adriano dio muerte a un león con una jabalina antes de que atacase al joven, la sangre del animal en la arena sería la que daría la vida a la flor de Antínoo, el loto rojo. El joven Antínoo murió ahogado en el río Nilo en el año 130 por causas que se desconocen, lo que le hizo sufrir a su amante Adriano un gran dolor. Hay tres teorías sobre su muerte, o un accidente, un sacrificio para asegurar larga vida al emperador, o una intriga palaciega en la que podría haber estado involucrada la emperatriz. Tras su muerte el emperador Adriano lo divinizó imponiendo el culto al joven y haciendo construir varios templos. Al convertirse en una deidad se le hicieron un gran número de esculturas y se difundió su imagen en monedas. Se le solía representar con los atributos de Apolo, Dioniso, Osiris o alguna otra deidad. De esta forma se convirtió en el último dios romano difundió en monedas. Se conservan 80 figuras del joven tanto en escultura como en relieve, pero las más conocidas son ocho que se encuentran en Italia, Grecia y Líbano, el de la imagen se encuentra en Madrid en el Museo Nacional del Prado muestra el amplio busto que se pone de moda a fines del reinado de Adriano, pero lleva marcadas las pupilas, lo que le da un carácter algo más realista.