sábado, 19 de abril de 2014

CU CU RU CU

El gallo de Barcelos
La leyenda cuenta que en el siglo XIII un peregrino gallego que al salir de la ciudad Barcelos en Portugal, camino de Santiago de Compostela, cuando fue detenido. Estaba acusado de robo y asesinato a un terrateniente y condenado por ello a la horca. Su último deseo era el de tener una nueva audiencia con el juez. El magistrado se encontraba en su casa con unos amigos, apunto de tomar un gallo asado. El acusado dijo que como muestra de su inocencia el gallo saldría de la cazuela y cantaría. Todos se mofaron de él, pero por precaución no comieron. En el momento de la ejecución, el gallo salio de la cazuela y cantó. El juez al ver esto, fue al lugar, descolgó al reo y este volvió a la vida . Dicen que el gallego regresó años después y esculpió el crucero en honor de San Tiago y la Virgen que hoy se ve en el Museo Arqueológico de Barcelos. El Gallo de Barcelos es el símbolo nacional de Portugal y significa Serenidad, Fe, Confianza y Honor. Tenerlo en casa en forma de figurita (la clásica es negra con corazones de color) se supone que da buena suerte. La leyenda no deja de ser parecida a la del El milagro del gallo y la gallina en Santo Domingo de la Calzada, en La Rioja. A diferencia de la de Barcelos, el milagro lo protagoniza un alemán peregrino del Camino de Santiago, que es acusado de robo, tras haberle negado el amor a una tabernera. Tras la ejecución los prades del peregrino se acercan y oyen cómo éste les habla desde la horca y les dice que está vivo por la gracia de Santo Domingo de la Calzada. Felices y contentos van a comunicar la noticia al corregidor que justo en ese momento está cenando unas aves. El corregidor se burla de lo que oye y lanza la frase conocida: “Vuestro hijo está tan vivo como este gallo y esta gallina que me disponía a comer antes de que me importunarais”. Y en ese momento, las aves saltan del plato y se ponen a cantar y cacarear alegremente.

viernes, 11 de abril de 2014

El impresionismo

El impresionismo
Es un movimiento pictórico que nació en Francia a finales del siglo XIX. Los impresionistas estaban en contra del arte de academia, rompiendo así con los temas que se habían utilizado hasta el momento y las normas impuestas por la Academia Francesa de Bellas Artes. El origen histórico del Impresionismo identifica con la aventura iniciada por una serie de jóvenes pintores independientes quienes, dolidos y hartos de verse excluidos sistemáticamente del Salón parisino oficial, decidirían organizar una muestra pública en la casa del fotógrafo Nadar. El nombre viene del cuadro Impresión: soleil levant, 1872–1873 de Monet.
Los pintores de este movimiento preferían trabajar al aire libre y mostrar la vida del día al día. Su mayor preocupación era captar la luz y de esta manera buscan sus efectos en los objetos y muestran un mundo espontáneo y directa. La luz tiende a difuminar los contornos y refleja los colores de los objetos circundantes en las zonas de penumbra. Eliminaron los detalles minuciosos y tan sólo sugirieron las formas, utilizando para ello los colores primarios (cyan, el magenta y amarillo). Con esa técnica lograron dar una ilusión de realidad, aplicando directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y logrando gran brillo en sus pinturas. Un gran ejemplo de esto es como en los cuadros La catedral de Ruan donde Monet muestra el templo a distintos momentos del día donde el artista deja a un lado el edificio y la luz protagoniza el cuadro, cambiando la parroquia. Los representantes principales del movimiento fueron: Édouard Manet (como precursor) Edgar Degas, Claude Monet, Berthe Morisot, Camille Pissarro, Auguste Renoir y Vincent van Gogh.