El pato mandarín es un pato pequeño, pesa cerca de 500 gramos. Como en muchos otros patos, sólo el macho exhibe los colores durante la temporada de cría. El resto del año es bastante similar en apariencia a la hembra. Ésta es de color pardo gríseo. Cambiando su aspecto durante los meses de verano. Su alimentación es estrictamente herbívora. El nido por lo general lo hacen dentro de huecos de los troncos de los árboles, a cierta altura. Siendo muy extraño que aniden en el suelo. Ambos sexos participan en la incubación de los huevos, siendo la madre la que pasa la mayor parte del tiempo sentada sobre el nido. La nidada consiste de 9 a 10 huevos color crema blancuzcos. Según se aproxima la primavera forman su pareja antes de emigrar a las áreas donde anida en Manchuria y China. Cuando una pareja cría por dos temporadas continuas tienen una buena posibilidad de permanecer junta. Una vez seleccionado el lugar, la pareja defiende un área o territorio de otros miembros de su especie. Fueron considerados como animales de buena suerte en la antigua China, de forma que, en las bodas importantes, los recién casados solían recibir una pareja de estos patos como regalo principal. En invierno puede formar grupos pero raramente se asocia con otros patos. Esta especie estuvo muy extendida por el este asiático pero las exportaciones masivas para colecciones y la destrucción del hábitat han reducido considerablemente sus poblaciones. Existen casos de especímenes que se escapan de las colecciones y se asilvestran, generando una nueva población, como es el caso de la existente en Reino Unido, con unas 1000 parejas. Siendo su población mundial de entre 65.000 y 66.000 individuos.
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