Las lentes de contacto que son también conocidas como lentillas son unas lentes correctoras o cosméticas que se ponen en el ojo, concretamente sobre la capa lagrimal que cuida y lubrica la córnea. Si bien, también pueden tener un uso exclusivamente estético, como los lentes de diferentes colores, por lo general se utilizan para corregir los problemas visuales provocados por distintas enfermedades como la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía.Leonardo da Vinci, éste inició la idea que dio origen al diseño de este tipo de lentes. Una vez sumergió su cabeza en el agua y se percató que la visión se veía modificada. El primer modelo fue diseñado por el famoso filósofo y científico francés, René Descartes en 1636. El diseño consistía en un tubo que tenía una curvatura semejante a la de la córnea, lleno de agua y sobre el que puso su ojo. Poco a poco, distintos investigadores fueron mejorando el modelo inicial y en 1888, el médico alemán Adolf Eugen Fick junto al óptico francés Edouard Kalt, diseñaron un lente de vidrio que cubría todo el ojo, por lo que era muy pesado y sólo se resistía puesto muy poco tiempo. Sólo a mediados del siglo XX comenzaron a fabricarse las lentillas blandas. Actualmente se encuentran diferentes tipos de lentes según el material con el que están hechas: las rígidas, semirrígidas y las blandas. También existen otros tipos determinados por su duración: los desechables, que pueden ser diarios, semanales o mensuales; y los convencionales, que requieren ser reemplazados una vez al año. Además de las ventajas estéticas y de la comodidad que representa el uso de este producto, hay que sumarle el hecho que permiten tener un campo visual total, ya no interrumpido por los marcos de los anteojos tradicionales. Otra mejora es que los objetos son percibidos en su tamaño real, por lo que son muy recomendables para las personas que sufren de mucha diferencia de graduación entre los ojos. Por último, hay que destacar el hecho de que se mueven junto con los ojos, por lo que siempre se observa a través del centro del lente y no se producen distorsiones al mirar hacia los costados. Sin embargo, su uso también puede traer aparejadas ciertas contraindicaciones o limitaciones. Por ejemplo, cuando el paciente se encuentra con alguna infección ocular debe abstenerse de usar este sistema corrector de la visión. A pesar de esas posibles limitaciones, su uso se ha ido masificando en el último tiempo gracias a las ventajas que les reporta a los pacientes. Sólo en Estados Unidos cerca de 25 millones de personas los utilizan.
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