Los koalas, o canguros arborícolas son curiosos marsupiales cuya vida transcurre en lo alto de los árboles de Nueva Zelanda y en zonas boscosas del noreste australiano. Las hembras llevan a sus crías recién nacidas en la bolsa marsupial durante seis meses aproximadamente. Cuando la cría sale de la bolsa se agarra a la espalda de su madre o a su tripa, acompañándola a todas partes hasta que tiene cerca de un año. Su pelaje muy largo y denso, impermeable a las abundantes lluvias que se dan a diario en ese país. Su color es de un gris ceniza, con diferentes tonos dependiendo de la especie. La cola muy fina. Los koalas viven en el este de Australia, donde hay más eucaliptos especialmente por la noche. No beben mucha agua, por lo que su hidratación proviene de las mismas hojas. Cada koala come una gran cantidad comparado con su tamaño: aproximadamente un kilogramo al día. A veces las almacenan en una especie de bolsas que tienen en las mejillas. A los koalas les gustan tanto estos árboles que casi nunca los abandonan. Además, gracias a sus extremidades y dedos oponibles se mantienen cómodamente sobre ellos. Los koalas pueden dormir hasta 18 horas al día, sujetos en las horquetas y rincones de los árboles. El Koala alcanza una longitud de 60 a 85 cm y pesa de 5 a 15 kg. Su periodo de embarazo se extiende durante 26 a 30 días. Pare una cría. Poseen un sistema digestivo especial con un estómago muy largo que les permite digerir las duras hojas de eucalipto y que evita que su veneno les haga daño. En la década de 1920 y 1930 la caza de estos mamíferos rechonchos y peludos fue muy popular, por lo que su población disminuyó considerablemente. Gracias a los programas de reintroducción han vuelto a aparecer en su hábitat natural, pero siguen siendo pocos y están dispersos. Los koalas necesitan mucho espacio, unos cien árboles por koala, lo que supone un problema grave debido a la disminución de los bosques australianos.
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