La Basílica de la Santa Sangre, es un pequeño templo católico que se encuentra en la ciudad de Brujas, en Bélgica, que se ha convertido en un atractivo cultural por su belleza arquitectónica y decorativa. Pero entre los que siguen la religión católica, este lugar tiene una importancia particular, y es que allí está una de las reliquias más veneradas, que es la sangre de Cristo, recogida por José de Arimatea.
La leyenda dice que este hombre limpió la sangre de Jesucristo con un pedazo de tela justo después de la crucifixión y lo guardó durante mucho tiempo, tras de lo cual pasó por diferentes lugares hasta que terminó allí. Esta pequeña basílica se encuentra en una esquina de la plazoleta Burg y tiene dos espacios principales, que son su nivel bajo que está hecho en estilo románico y el alto que es gótico. La capilla baja de la Basílica de la Santa Sangre, es la llamada de St. Basil, que es la única de estilo románico en esta parte de Bélgica, siendo del siglo XII y fue construida por Diederik, el conde de Alsacia. Este lugar tiene una nave corta, pasillos estrechos y un coro; pero su parte más hermosa está en la parte que conecta la puerta principal con la nave, en donde hay un tímpano pequeño y esculpido en ese mismo siglo, que muestra el bautizo de San Basilio. Por su parte, la capilla que está arriba fue convertida al estilo gótico y tiene unas decoraciones un poco más modernas, con varios vitrales que tienen una belleza artística inigualable y que iluminan con sus colores el interior. La reliquia de la Santa Sangre está en este sitio, dentro de un tabernáculo que tiene la escultura del cordero de Dios, en una de las capillas laterales de este lugar.
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