Es un mamífero de la familia de las jirafas y vive en las selvas del norte de la República Democrática del Congo. El Okapi se parece a su familiar, pero de cuerpo pequeño y de patas y cuello cortos. En el pelo es de color rojizo en todo el cuerpo, mientras que las patas y los glúteos son de color blanco con rayas negras, como los de una cebra. En la cabeza tiene dos pequeños cuernos recubiertos de pelo, además de una larga lengua prensil de color negro que usa alimentarse. Tiene tal longitud que es capad de limpiarse la oreja con esta. Tiene también una cola, de entre 30 a 42 cm. Los okapis son animales solitario. Viviendo en pareja con la hembra durante la época de celo y de cría. En la época de celo, las hembras emiten fuertes mugidos con el objetivo de llamar la atención de los machos, los que acuden y luchan. El vencedor se retira con la hembra y ambos permanecen juntos entre dos y tres semanas. La gestación es muy larga, tiene una duración de 14 a 15 meses, tras los cuales nace una sola cría, las crías nacen durante los meses de agosto a octubre. Los okapis están en peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat y su caza. Tienen una esperanza de vida de 30 años, su sentido más desarrollado es el olfato, seguido del oído. Los okapis son herbívoros alimentandose principalmente de las hojas, brotes y tallos de más de 100 especies de diferentes plantas, además comen hierbas, frutas, helechos y hongos, consumiendo especies que son venenosas para el ser humano. El okapi fue ignorado en Occidente hasta 1890, cuando fue descubierto Henry Morton Stanley, que exploraba las riberas del río Congo por mandato del rey de Bélgica.
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