Mezquita del Cristo de la Luz
Se encuentra en la subida hacia la parte más alta de la ciudad de Toledo. El monumento que se conserva en la actualidad es el producto de la reutilización en época medieval de una mezquita como parte de la nave de una iglesia. El edificio islámico es el más conocido tras su restauración a principios del siglo XX. De planta cuadrada, posee nueve bóvedas ordenadas en tres naves paralelas distribuidas por cuatro columnas. Por la inscripción que se conserva en la fachada occidental sabemos que la construcción data del año trescientos noventa la cual dice "En el nombre de Alá, hizo levantar esta mezquita Ahmad ibn Hadidi, de su peculio, solicitando la recompensa ultraterrena de Alá por ella. Y se terminó con el auxilio de Alá, bajo la dirección de Musà ibn Alí, arquitecto, y de Sa´ada, conluyéndose en Muharram del año trescientos noventa (diciembre de 999)". En 1085 con la llegada de Alfonso VI, la ciudad vuelve al cristianismo y con ello la mezquita se ve afectada por este cambio. Así se hizo una ampliación en el siglo XII, más concretamente en 1187 consta de un tramo recto cubierto con bóveda rebajada de ladrillo y un tramo absidial cubierto por una bóveda de medio cañón. Es interesante destacar los frescos del s. XIII conservados (pantocrator, tetramorfos, santos y un clérigo con una maza), y las inscripciones de caracteres cúficas carentes de significado, ya que era un tipo de decoración de la época.La localización de esta mezquita es especial ya que también se ha encontrado una calzada romana discurriría en dirección norte a sur atravesando parte de la planta de la Mezquita. Esta vía, única en Toledo de estas características y una de las más importantes de las descubiertas en España, posee una anchura de cinco metros y, bajo ella, en su eje central, discurre una cloaca. Cuenta la leyenda que cuando los ejércitos entraron en la ciudad, el caballo del monarca cayó de rodillas al llegar a la altura de mezquita, donde actualmente vemos marcada con una piedra blanca el pavimento. El rey intentaba que su corcel se alzara pero al resultar imposible se interpretó como una clarividencia divina, de ahí que se excavara el interior del edificio donde se encontró la imagen de un Cristo Crucificado junto a una lamparilla de aceite que había permanecido encendida durante más de 300 años ya que en este lugar los cristianos toledanos habrían escondido la imagen sagrada para evitar su profanación por parte los musulmanes durante su ocupación.