Kali, también conocida como Kalika es una violenta diosa hindú asociada a la muerte y a la destrucción. Kali significa “negro”, pero deriva de la “fuerza del tiempo (kala)”. Se la representa como una diosa oscura y violenta. Kali en la mitología hindú es la esposa del dios Shiva. Sus seguidores se hacen llamar kapalikas, son sanguinarios y realizan cultos secretos y oscuros en la inmensidad de la Ciudad de Calcuta, India. El rito de la diosa Kali es indescriptible por su crudeza. Su sola imagen produce escalofrios. Las leyendas y los mitos dicen que ronda por los cementerios y en todo lugar donde haya muertos. Incluso los lugares de cremación. Quienes se han adentrado en la noche de Calcuta en busca de un templo secreto de Kali, sólo a través de contactos, han constatado que se le rinde culto entregándole muertos. Su culto, a pesar de estar prohibido por las autoridades de la India, cuenta con miles de seguidores y se realiza en la mayor clandestinidad. Kaliksetra se llama el lugar de culto de la diosa, y es el origen del nombre Calcuta. Kaliksetra se convirtió en la aldea de Kalikata. Kalikata era el emplazamiento del gran Kalighat, el templo más importante dedicado a Kali. Aún sigue en pie. Sus seguidores afirman que la Era de Kali ha comenzado, y que toda violencia es poder. La leyenda cuenta que quienes alguna vez han escuchado el canto de la diosa Kali, son rondados por su maligna presencia durante toda la vida. La misión de Kali era la de matar al demonio Raktabija. El problema era que cada vez que caía una gota de sangre en el suelo, surgían mil nuevos demonios. Le atravesó el cuerpo con una lanza y lo dejó morir. Con la lengua recogía la sangre que caía y se la tragaba
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