La densidad del agua en estado solido
El agua tiene un comportamiento diferente a la mayoría de líquidos: cuando pasa a estado sólido aumenta de volumen. Esto es así porque la densidad del hielo es menor que la del agua. Como consecuencia de este fenómeno, el hielo flota en el agua. Si se llena completamente de agua un recipiente y se cierra herméticamente para luego congelar, al solidificarse el agua generará una enorme presión que si no es soportada por el recipiente, este deformaría o estallaría. Cuando el agua líquida baja su temperatura y llega a 0 º C, su densidad es de 0,9999 kg / litro (permaneciendo en estado líquido). Si se retira del líquido un poco más de calor, pasa al estado sólido y sufre una intempestiva disminución de densidad (y un consiguiente aumento de volumen), pasando a tener una densidad de 0,917 kg / litro (a la misma temperatura, es decir 0 ° C) Una consecuencia de todo ello es que el agua se congela de arriba abajo. En lugares donde la temperatura es menor de 0 ° C el agua del mar y los lagos se enfría. Cuando empieza a congelarse, el agua en lugar de precipitar al fondo queda en la superficie y flota. Todo ello permite que el agua y los seres vivos del fondo queden protegidos de las temperaturas exteriores muy bajas.
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