Catalina de Erauso
(1585/1592-1650)
Conocida como la "Monja Alférez" , fue una militar, monja y escritora del siglo XVI. Dependiendo de la fuente a la que a la que se acuda (su autobiografía o la partida de bautismo) existe una diferencia de fechas de su nacimiento o 1585 o 1592 respectivamente. Nació en San Sebastián de familia acomodada con un padre con un cargo de alta importancia militar dentro del ejercito de Felipe III, lo que le introdujo dentro del mundo militar desde pequeña. Con 4 años fue internada en en un convento de la ciudad guipuzcoana y donde su tía era priora, con los años y dado su comportamiento díscolo es trasladada a Monasterio de San Bartolomé donde se dio cuenta que no tenía vocación religiosa. El 18 de marzo de 1600 se escapó del convento, cogió ropa de hombre y se cortó el pelo. A partir de esta fecha, vaga de pueblo en pueblo como prófuga y fue buscada por su padre. En esta época, tuvo un intento de abuso sexual, por parte del catedrático Francisco de Cerralta. Durante varios años y huyendo de altercados y de una vida en la que no encajaba utilizó ropa de hombre, pelo corto y distintos nombres como Pedro de Orive, Francisco de Loyola, Alonso Díaz, Ramírez de Guzmán o Antonio de Erauso. convirtió en paje del secretario del rey Juan de Idiáquez y se hizo llamar Francisco de Loyola. A partir de 1603 empieza con sus viajes por América. En uno de estos viajes se quedó en América tras haber robado al capitán 500 pesos y para poderse refugiar. En Perú entró a trabajar como ayudante de un comerciante español y acabó en la cárcel tras una revuelta y fue sacada de prisión por el comerciante para poderla sacar con la amante de este y se negó y fue trasladada a Trujillo por el comerciante. Por un cargo de homicidio fue llevada a Lima para trabajar a manos de un amigo del comerciante, donde tuvo relaciones con la sobrina de su nuevo empleador y tras esto se alistó como soldado para luchar en Chile. Luchando contra los indios mapuches ahorcó a un lider mapuche y fue ascendida a alférez. En 1609, tras una trafulca que acabó con la muerte de un oficial, y se tuvo que acoger a sagrado en el Convento de San Francisco de Concepción. Huyó del convento, estuvo en Potosí y acabó estableciendo en La Plata (actual Sucre, Bolivia) trabajando como administradora de una viuda rica y fue acusada rajar la cara a una mujer con una navaja de barbero y tuvo que volver a huir. Entre huida y huida tuvo varias trifulcas y asesinatos siendo buscada por todo Perú, siendo detenida Huamanga (actual Ayacucho). Sentenciada a muerte pidió hablar con el obispo y reveló el engaño. El obispo, quien mandó que se la examinara, pactó que cumpliera su pena en el convento de las clarisas de Huamanga. vivió en Lima dos años hasta que se supo que nunca había profesado como monja como ella sostenía, pues en su San Sebastián natal no pasó de novicia. Arrepentida, perdonada y exclaustrada, en 1624 regresó a España como hombre, haciéndose llamar Antonio de Erauso. En el viaje escribió o dictó los escritos que hoy conocemos como sus memorias. Tras ser recibida por el rey Felipe IV marchó a Italia, donde se entrevistó con el papa Urbano VIII, quien le concedió permiso para seguir vistiendo y firmando como hombre. Al final de su vida volvió a América, muriendo en 1650 en Cuitlaxtla.
Esta biografía, está contada como si Catalina de Erauso, una mujer travestida y no como un hombre trans, debido a que el concepto de persona trans es un concepto relativamente moderno y por tanto, aunque ahora podría encajar en lo que ahora entendemos como hombre trans, no se puede etiquetar a esta persona al 100% como tal. En cualquier caso entendemos que Catalina se trata de un ejemplo dentro del mundo LGTB+ y que rompió los roles de género para hacerse un hueco importante en la historia y algo que parece imaginable el siglo XVI.