Es la ermita que se encuentra en lo que ahora es el famoso barrio de Carabanchel (el de Manolito Gafotas), construida en el siglo XIII de estilo románico-mudéjar. Se encuentra en el Cementerio de Carabanchel, siendo la ermita del mismo y estando adosada a la tapia del mismo. Durante la época romana se encontraba una villa y durante tiempo visigodo y andalusí hubo un templo anterior, según se pudo comprobar en excavaciones arqueológicas en 1998. El templo de origen visigodo estaba dedicado a María Magdalena y es en este emplazamiento donde se sitúan los supuestos milagros de San Isidro Labrador (patrón de Madrid) dos siglos antes de la construcción de la actual ermita. De hecho, en su interior se encuentra un pozo de 13 metros de profundidad, que según la leyenda lo abrió San Isidro para dar de beber a los bueyes. Uno de los milagros que se atribuyen a San Isidro, en este lugar, es el del lobo. San Isidro se encontraba rezando, cuando unos niños se le acercaron diciendo que había un lobo que estaba atacando a su burro, a lo que el santo respondió que se haría la voluntad de Dios y cuando salieron los niños el lobo estaba muerto. Con la división, en el siglo XV, del pueblo de Carabanchel en Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo cada nuevo pueblo construyo su propia iglesia y el templo perdió el estatus de parroquia y convirtiéndose en ermita. En 1622 con la canonización de San Isidro fue ampliada y reformada que ha acabado siendo un lugar de peregrinación, en honor al Santo. En esta reforma se añade la sacristía y el contrafuerte de la fachada. Destaca la torre de forma rectangular, con una altura de 20 metros de alto, con dos cuerpos, uno compacto y uno superior hueco y construido de ladrillo. En este último hueco hay seis vanos con arcos falsos arcos apuntados (dos en los lados más anchos y uno en cada uno de los estrechos), donde se encuentran las campanas del siglo XX. La escalera de la torre no es original, ya que se añadió posteriormente. El templo carece de decoración exterior, pero, en su interior podemos contemplar restos de pinturas de la Edad Media, así como una estructura de madera con pinturas de la vida de San Isidro y una pintura al temple con el escudo del Reino de Castilla. Es el único templo de este estilo arquitectónico que se encuentra completo dentro de la Comunidad de Madrid, por lo que fue declarada bien de interés cultural en 1981.