Para la mayoría de personas son dos de los inventos que más comunes que hay en nuestras casas y no conocemos la vida sin ellos, pero no se inventaron hasta el siglo XIX y desde ese momento han guardado de todo. La comida en conserva nació en 1810 de manos de Nicolás Appert confitero y cocinero francés y que fundó la primera fábrica comercial de conservas en el mundo. Este método de conservación empezó mediante la colocación de los alimentos en una botellas de vidrio que se tapaba con un tapón de corcho sujeto con alambre y sellado con cera o lacre que sometía a un calentamiento en agua hirviendo durante largo tiempo. A este método se le conoció como "appertización". Hay que darle las gracias también a Napoleón, quien sorteó 12.000 francos entre aquellos que descubrieran un procedimiento que impidiera conservar los alimentos durante mucho tiempo. Tres años después, Peter Durand desarrolló esta idea y produjo la primera comida enlatada. Pero hasta 45 años después no se inventó el abrelatas, fueron 45 años muy duros. Abrir latas se hacia principalmente con un cuchillo y una piedra. Aunque la comida en lata se sabe quien es el padre, del abrelatas no. Pudo ser el británico Robert Yeates, en 1855, o el estadounidense Ezra Warner quien lo patentó tres años después. Su invento no fue muy popular, ya que era enorme y poco manejable, estaba formado una hoz que debía introducirse a la fuerza en la lata para deslizarla posteriormente. El abrelatas evolucionó considerablemente con la introducción de una rueda, por el estadounidense William W. Lyman en 1870, llegando en 1931 el abrelatas eléctrico. Ahora el abrelatas está dejando de ser utilizados, en favor del abrefácil.