El apóstol
Aunque se suele creer que Blancanieves y los siete enanitos es el primer largometraje de animación, no es cierto. El primer largometraje de animación fue El apóstol, una película muda y en blanco y negro de 1917. La película fue de origen argentino y fue dirigida por Quirino Cristiani. Fue estrenada el 9 de noviembre de ese mismo año. Es una sátira política dirigida al entonces presidente de Argentina, Hipólito Yrigoyen. En la película el presidente asciende en sueños a los cielos para usar los rayos de Júpiter para limpiar Buenos Aires de inmoralidad y corrupción, haciendo al final que la ciudad arda en llamas. La película fue bien recibida por los críticos de la época y tuvo gran éxito comercial. Por desgracia algunas copias se perdieron en el incendio de 1926 del estudio de cine de Féderico Valle (quien le había contratado en 1916) a lo que se le unió que otras copias se perdiesen al ser recicladas, como era habitual en la época, quedando solamente algunas pocas imágenes. Aun así se sabe que se utilizaron 58.000 dibujos en 35 mm (14 cuadros por segundo) y en ella se podían ver representaciones de algunos edificios públicos del país como el Congreso de la Nación Argentina, la Aduana de Buenos Aires y el edificio de Obras Sanitarias de la Nación, ya que se utilizaron varias maquetas que los representaban. Cristiani había trabajado anteriormente en cortos de animación que realizaba junto con Andrés Ducaud como modelador y Diógenes Taborda como bocetista. Para estos cortos se utilizaba la técnica de animación cuadro a cuadro o Stopmotion y estaban dirigidos para Actualidades Valle, producidos en los Laboratorios Valle y antecesores de la serie de informativos cinematográficos Sucesos Argentinos de los años cuarenta . En estos cortos, Cristiani utilizaba una serie de figuras de cartón que fotografiaba en la azotea de su domicilio, para aprovechar la luz natural, de forma muy artesanal. El documental de 2007 "Quirino Cristiani: El misterio de las primeras películas de animación", dirigido por el animador italiano Gabriele Zuchelli, investiga la historia del estudio y recrea el estilo y la técnica utilizados en El Apóstol.
