Las plumas blancas
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Placa de granito en memoria de aquellos que dijeron "No a la Guerra" |
En agosto de 1914 , cuando la Primera Guerra Mundial acababa de empezar, surgió un movimiento pacifista conocido como el movimiento de las plumas blancas. Este movimiento fue creado por el almirante Charles Fitzgerald, quien fundó la Orden de la Pluma Blanca con el apoyo de la escritora
Humphry Ward y más tarde se unieron feministas y sufragistas como
Emmeline Pankhurst. Este movimiento tenía como fin que las mujeres entregasen una pluma a aquellos hombres que no vistiesen ningún tipo de uniforme militar, pluma como símbolo de que los hombres que la portasen tenían poca virilidad. Este simple gesto buscaba humillar a los hombres que habían decido no unirse a las armas. Esta campaña consiguió sus efectos, por lo que las oficinas de alistamiento se desbordaron. El Secretario de Interior,
Reginald McKenna, se vio obligado a otorgar a los empleados en industrias estatales la insignia “Rey y Patria” para indicar que ellos también estaban contribuyendo a los esfuerzos bélicos y se otorgó la Insignia de Guerra Plateada, al personal que había sido licenciado con honor debido a heridas o enfermedades y así hacer que estos no se viesen humillados por no llevar el uniforme militar. Aun así los soldados que volvían temporalmente a casa de la guerra se sintieron avergonzados debido que en algunos casos se le estregaban plumas blancas si no llevaban uniforme militar. Este movimiento fue utilizado por el gobierno con el fin de que las mujeres forzasen a los hombres, a entrar en el servicio militar y en la guerra volviéndose a utilizar en la Segunda Guerra Mundial, solo para remarcar su hombría. En la Primera Guerra Mundial hubo 16000 objetores de conciencia, personas que no se doblegaron a este movimiento y que decidieron no ir a la guerra por sus propias convicciones ya fuesen éticas, religiosas, humanitarias o políticas, siendo la primera vez que se hizo una resistencia masiva, estos 16000 hombres fueron encarcelados. Ahora se les honra con un monumento de granito que se colocó en 1994 en Tavistock Square, Londres, donde se depositan claveles blancos en vez de las plumas.