El entierro de Genarín
León celebra cada Jueves Santo Semana Santa una procesión totalmente distinta a la temática religiosa, el entierro de Genarín. Genarín, como se le conocía a Genaro Blanco Blanco, fue un pellejero que frecuentaba prostíbulos y tabernas del Barrio húmedo de la ciudad. Genarín se encontraba meando junto al tercer cubo de la muralla el 29 de marzo de 1929, cuando le atropelló por el camión de basuras. Tras la muerte de este singular personaje dentro la Semana Santa, "cuatro apóstoles", Francisco Pérez, Eulogio, Nicolás Pérez y Luis Rico, parodiaron las procesiones creando esta singular fiesta. Esta fiesta se ha convertido en una tradición que fue prohibido en 1957 y recuperada en 1970. Tradición que cada día tiene más fuerza, participando cada año más personas. La prepara la Cofradía de Nuestro Padre Genarín y comienza en el restaurante Rancho Chico, donde se leen poesías al santo laico y la Homilía del año, escrita por un escritor solo conocido por el Abad de la Cofradía. La procesión en sí, comienza sobre las 12 de la noche en la Plaza de San Martín y consta de cabezudos, marionetas y por supuesto, ofrendas, entre ellas de orujo. El recorrido va desde la Plaza, por la calle de la Sal, de ahí la Plaza de la Regla, ante la Catedral, se lee un Credo, continuando hasta el convento de las Carbajalas donde se lee un poema a la Moncha, que es la Magdalena de Genarín. Desde el convento se iba hasta la puerta del tercer cubo, que fue tapiada por lo que, la comitiva cambió el camino, saliendo por el arco de la cárcel y camina hasta el tercer cubo donde se hace la Homilía. Al finalizar la Homilia, el Hermano Escalador escala por la muralla para depositar la tradicional ofrenda compuesta por orujo, queso y una naranja. Al acabar, la procesión continua hasta la Plaza del Grano y en frente la cruz, se brinda con orujo y se leen poesías. A San Genarín se le atribuyen cuatro milagros: el de la prostituta que al verlo muerto dejo el oficio, la Cultural Leonesa, equipo de fútbol de la ciudad, que remontó un partido tras haberse bendecido el campo con orujo y que uno de los evangelistas se quejase a Genarín, un enfermo de riñon que al mear en el tercer cubo vio que había meado una piedra del tamaño de una nuez, dando solución a sus problemas y el último, un ladrón las ofrendas que Genarín hizo que se resbalase y el hombre se rompió la cadera. Además de Genarín existe una esquela donde se declara en el periódico "La Democracia", que dejó viuda y cuatro hijos y que «para identificar el cadáver fue preciso separar la camioneta», además de una pelicula "Bendito Canalla" y un libro de Julio Llamazares.