La cámara oscura es un instrumento óptico capaz de obtener la proyección plana de una imagen sobre parte de su superficie interior. Consiste en una gran cámara herméticamente cerrada en la que entran los rayos de luz, que se han reflejado en los objetos del exterior, por un pequeño orificio practicado en una de sus paredes. El hueco funciona como una lente convergente y proyecta en la pared opuesta una imagen del exterior invertida vertical y horizontalmente.Se sabe que se empezó a utilizar como apoyo para el dibujo. Cuando se descubrieron los materiales fotosensibles, la cámara oscura se convirtió en cámara fotográfica estenopeica (la que usa un simple orificio como objetivo). Estas cámaras estaban muy limitadas por el compromiso necesario al establecer el diámetro de la abertura: suficientemente reducido para que la imagen tuviera una definición aceptable; suficientemente grande para que el tiempo de exposición no fuera demasiado largo. El uso de lentes como objetivo convirtió definitivamente la cámara oscura en cámara fotográfica. Probablemente la cámara oscura no tuvo un inventor concreto: cualquier habitación donde hubiera una grieta en una puerta o ventana podía actuar como cámara oscura sin que nadie lo pretendiera. Así la observación por unos y por otros de este fenómeno dio lugar a la generalización de su conocimiento. Aristóteles la utilizó para probar sus teorías sobre la luz, por ello construyó la primera cámara oscura de la que se tiene noticia en la historia. Así explicó su funcionamiento: "Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente". En el siglo XVI se construyen cámaras portátiles con objetivo de mayor diámetro dotado de lentes, con lo que la imagen ganaba en definición y lumnosidad. Artistas de los siglos XVI y XVII, como Johannes Vermeer y otros usaron cámaras oscuras para ayudarse en la elaboración de sus bocetos y pinturas. Algunas cámaras oscuras fueron construidas como atracciones turísticas, pero ya quedan cada vez menos. Algunos ejemplos pueden encontrarse todavía en Grahamstown (Sudáfrica), en la Torre de Tavira en Cádiz y en la torre del Palacio de Villavicencio del Alcázar de Jerez (España) y en Dumfries y Edimburgo.